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Ciudadanos ilegales y centros de detención administrativa en la Europa alargada

Entrevista a Enrica Rigo, autora de “Europa di confine”

Enrica Rigo, autora de “Europa di confine”. Transformaciones de la ciudadanìa en la Unión alargada, editado por Meltemi discute con Melting Pot la función de los Centros di Permanencia Temporanea y las diferentes caracteristicas de la ciudadanìa en Europa.
“Europa di confine”. Transformación de la ciudadanìa en la Unión alargada

Meltemi Pg. 240, euro 19,50

Pregunta: De tu libro parecen surgir dos Europas. Por una parte tenemos una Europa inmersa en la discusión de su Constitución formal, que deberìa ser caracterizada como la “ fuente del derecho” sobre todos los estados nacionales que la componen. Y por otro lado tenemos una Europa que ya existe, y està dada por su constitución material, que se funda en una expansión continua hacia el este y hacia el sur, pero al mismo tiempo se basa en una diferenciación continua a su interior, que se sirve de dispositivos de inclusión y de exclusión variables y sobretodo dinámicos. Es una Europa que se basa en una disciplina práctica y punitiva como los centros de la permanencia temporal…
Respuesta: El CPT, en las diferentes formas en que las conocemos en Europa – por lo tanto también como “transit Processing Centres”, los centros abiertos etc – son desde mi punto de vista también paradigmas de estas dos Europas que usted pone en evidencia, osea una Europa que formalmente es una Europa de los Estados Naciones y al mismo tiempo de una Europa que aun quando no ha sido todavìa institucionalizada como tal , es en realidad mucho más amplia. Digo esto porque si se mira la función que asumen hoy los CPT en Europa al lado de la función clásica que conocíamos al interno de varias Naciones Estado, de Alemania a partir de los años 60’ -70’ a Francia, que era aquella de expulsar immigrates ilegales, por lo tanto de servir como frontera “de salida” de Europa, ahora los CPT son y se convierten cada vez más en frontera “de entrada” en la misma Europa, y por lo tanto una frontera que imprime en los individuos un elemento de diferenciación.
Nosotros hemos conocido esta celebre definición de los CPT como espacios de excepción para “purificar” el cuerpo de la nación. Hoy no es más así. Ahora los CPT son también instituciones de ingreso en Europa y los crecientes procesos del esternalización lo demuestran, aunque si no son formalmente europeos los CPT lo son desde el momento en el cual se establece una frontera con el espacio europeo. Se trata de una frontera que no sirve necesariamente para retener fuera los inmigrantes, pero seguramente para imprimirle una diferenciación.
Otro elemento paradigmatico desde este punto de vista de los centros para la detención administrativa, que emerge también del nombre de – centros de permanencia temporal, “transit Processing Centres” – es el elemento de la transitoriedad que se imprime cada vez mas a la ciudadanía europea. La ciudadanía europea conoce o emerge en una temporalidad diversa a aquella que conociamos como ciudadanía nacional, por lo tanto ya no està orientada hacia un punto de estabilización y de equilibrio, entre la libertad y la seguridad, entre los derechos sociales y los derechos individuales, sino cada vez más es una ciudadanía impostada al gobierno de la movilidad, sea aquella de las personas, de los derechos o de los mercados.
Es entonces fundamental pensar la dinámica de la integración en diferentes términos, Europa no conoce más integración que aquella que pensabamos a nivel de Estado Nación y el CPT, aùn desde este punto de vista, ahora no es visto como un elemento de diversificación o de expulción de todo lo que no puede ser integrado, sino por el contrario como usted definió en la pregunta, un elemento disciplinario para un tipo diferente de ciudadanía.

D: Sobre este punto, de su libro emerge claramente la definición y la existencia de diferentes “status” para los sujetos que atraviesan o habitan el espacio europeo. Uno de los mas emblemáticos es aquélla paradója del “ciudadano ilegal”, osea un individuo cuya existencia es notoria y sin embargo es ilegal y constantemente amenazado con la expulsión. La característica interesante que emerge de su libro es que, para utilizar otro término paradójico, estos “Status” son dinámicos: regular, irregular, sujeto de expulsión, marginado, integrado o incluso naturalizado no son condiciones dadas definitivamente sino son a menudo momentos de una misma vida migrante.

R: Exactamente. He utilizado la expresión “ciudadano ilegal” en términos provocativos. Nunca hemos escuchado hablar de “ciudadanos ilegales”, sino sobre “migrantes ilegales”. Comunmente se habla por cierto del “reconocimiento de sus derechos a los migrantes” por lo tanto el reconocimiento de los derechos substancialmente parciales: a los migrantes en cuanto trabajadores, a los migrantes en cuanto parientes de trabajadores etc., mientras la experiencia humana no es divisible en partes y esto rinde paradójico siempre excedente a las reinvindicaciones de los migrantes respecto a su recomposición institucional.
Me parece bastante significativa ahora la demanda de regularización de los migrantes, que no solo piden la ciudadanía europea o la ciudadanía nacional, sino que piden el reconocimiento de que ellos ya estan aquí, de algo que ya existe y piden este reconocimiento mas allá de los pequeños limites institucionales que aún ahora vienen poniendo a la ciudadanía nacional, ya que no existe todavía una ciudadanía europea.
El caso del crecimiento ha puesto en evidencia el hecho que ahora la Europa conoce una cada vez mayor diferenciación del “Status” jurídico, que corresponde un poco al gobierno de aquellos que yo he intentado llamar “diferentes espacios de circulación”, se podría casi hacer un mapa de la libertad de la circulación en Europa, esa va del “prisiónero” migrante ilegal que no puede salir de un país dado para luego retornar, – a menudo no puede volver a casa para Navidad – y que llega a convertirse en ciudadano a pleno decho, en una jerarquía de la libertad de movimiento.
Llamarse “ciudadadano ilegal” significa también criticar en esencia la posibilidad en si misma de que este reconocimiento de sus derechos se realizen en espacios circunscritos y prestablecidos por lo tanto según espacios de diferenciación institucionalizada como aquellas de la dicotomía entre ciudadanos y extranjeros.
A este proposito recuerdo la propuesta reciente de llevar adelante a nivel político una campaña de regolarización a nivel europeo, porque esto significa criticar de manera evidente estos espacios de diferente gobierno de flujos migratorios y por lo tanto también de los derechos de las personas.

D: Uno de los ejemplos de estos “espacio de diversa circulación” es la posibilidad para los gobiernos nacionales de introducir y prorrogar a propia discreción la prohibición de acceso al trabajo a los ciudadanos que entraron a la Union Europea, limitación a sus derechos que se verificaron en mayo del 2004 y también ahora con la entrada de Bulgaria y de Rumania en la Union Europea.
En un artículo donde comentan su libro en el diario “Il Manifesto”, Sandro Mezzadra acentúa que esta dinamica que caracteriza la constitución material de Europa, si de una parte produce practicas disciplinarias para proteger las fronteras mobiles, por otro lado la convierte en “estructuralmente abierta”.
¿Podemos interpretar la expansión de la Unión Europea hacia el este como fruto de esta apertura?
¿Podemos imaginar, por ejemplo, que el ingreso de paises como Bulgaria y Rumania, sea también la respuesta adaptante a un flujo migratorio más controlable de parte de esos paises hacia el territorio europeo?

R: Seguramente se puede interpretar en este sentido toda una serie de políticas de la Unión Europea que van más allá del crecimiento hacia el este, por lo tanto por ejemplo toda la aplicación de la “Neighbouring Policy” en la que se habla abiertamente de varios pactos de circulación por ejemplo con referencia a los programas con el mediterráneo. Europa se ocupa no sólo de pensar a la gestión de los flujos hacia Europa, sino también entre los países que llama el Sur del mundo, como las relaciones entre Marruecos y los países del área africana occidental.
Hay quién ha dicho que han sido los migrantes que han devuelto Libia hacia Europa y en cierto sentido esto es verdad aun con toda la violencia que esto implica (véase las reportajes sobre los centros de detención en Libia).
Pero también es verdad que ésto constituye una importante oportunidad para pensar en Europa no en términos de cierre, sino en términos de nuevo espacio político y mucho más amplio posible de aquello que viene normalmente definido del límite de las fronteras Schengen, Es un espacio político que nos permite actuar de manera que vaya hacia la idea de un movimiento Global.
En cuanto al argumento más complejo sobre el crecimiento hacia el este, es necesario decir que eso no es sólo una modalidad del gobierno de los flujos humanos, sería reductivo verlo solo desde este punto de vista; sin embargo si lo miramos desde este punto de vista, notamos los instrumentos complejos que coloca la Europa para ser ella, y también nos damos cuenta de que es un proceso que seguramente no termina con la inclusión de Bulgaria y Rumania, ni probablemente con aquélla de la Croacia y de Turquía cuando y si realmente sucede.
Sobretodo el crecimiento hacia el este nos permite ver ahora una Europa mucho más amplia: Turquía desde este punto de vista está ya en Europa de hace algunos años, desde cuando ha tenido que modificar su sistema visas, lo mismo vale para el Croacia y para los países Balcánicos.
Estamos al frente de una dimensión más amplia de Europa, que tenemos la necesidad de conocer también en forma crítica, sin dejarnos condicionar de una simple crítica del europeismo que vuelve a tornar a la idea de un estado nación, por que esto sería absolutamente imposible, tanto es así que la Europa está ya mucho más allá. Lo que debemos asumir es este espacio diferente como un lugar que puede tener potencialidades para un tipo di ciudadanía y de partecipación diferentes.
A cura di Neva Cocchi y Marco Tullio Liuzzas, Progetto Melting Pot Europa