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Crónicas de Lesbo, donde la Europa falla otra vez

Dicen que por las cenizas renace una nueva fénix, más fuerte, más joven, más grande. Pero a Lesbo le pasa lo contrario. El incendio ha destruido todo el campo y ha vertido millones de personas por la calle. “Jamás Moria”, gritaban con rabia y esperanza las personas migrantes bloqueadas adentro y los activistas solidarios. Jamás a una cárcel a cielo abierto, jamás a condiciones inhumanas por quien migra. Jamás una Europa de no acogida que rechaza los hombres, las mujeres y los niños que intentan llegar a las costas.

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Al contrario, desde la cenizas de la vergüenza nace un nuevo monstruo: es el nuevo campo del gobierno cerca de Kara Tepe. Si lo se ve por primera vez, un ojo con poca experiencia podría pensar de que se encuentra delante de una área militar: es decir, un campo con vallas, policía con equipo para supervisar accesos y perímetros, autobuses blindados que pasan corriendo por las calles cercanas.
Pero quien conoce la situación de Lesbo sabe que esta es la única manera de cómo los gobiernos griegos y europeos a su pesar quieren tratar a los migrantes que llegan a la isla. A la entrada cada migrante tiene que ser habitualmente sometido a cacheos. Veamos algunas tensiones entre migrantes y policía por el enésimo control que son obligados a someterse.

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El acceso está prohibido.

Acercarse al campo representa una empresa difícil sin ser interceptados por las muchas fuerzas de seguridad presentes: no hay otra manera de comprender lo que pasa allí dentro sino con los testigos de que en ese campo está obligado a vivir. A poca distancia se encuentra la warehouse de Hope Project, fundada por los ingleses Eric y Philippa Kempson que desde el 2015 dieron ayuda a los primeros habitantes de Moria y ahora lo del nuevo campo.

La situación del nuevo campo es inaceptable, a partir de su ubicación” empieza a contar Eric. “Aquella es la peor parte de la isla, el viento es fuerte y hace mucho frío. Hay muchas tiendas puestas directamente en el mar: es una locura. El gobierno – sigue – había dicho que sería simplemente una situación temporal, pero al mismo tiempo ha pagado 2,9 millones de euros para alquilar la parcela por cinco años.”.
Nos muestran las fotos hechas por los migrantes dentro del campo y con mucha dificultad encontramos las palabras para definirlas.

Il nuovo campo
Il nuovo campo

El nuevo campo

Ocho mil personas sin agua y sin duchas. La única posibilidad de lavarse es aquella de utilizar una de pocas estructuras organizadas de parte de los voluntarios y de los activistas o, sino, tirarse al mar. Las consecuencias ambientales ya son documentables, a causa de la reacción del agua a contacto con los compuestos químicos de los limpiadores. Los únicos wc son aquellos químicos, insuficientes y nunca limpios, mientras la comida – de terrible calidad – se distribuye solo una vez al día.

El gobierno griego y la Comisión europea tienen la responsabilidad criminal de todo esto” dice Kempson mientras habla de la corrupción que se esconde detrás de la cuestión de los campos: “Por el viejo campo se han gastado 2.6 millares de euro, con todo aquel dinero habrìa podido comprarme toda la isla. ¿Dónde están?
Mientras a Moria la mayoría de los barracones eran construidos con materiales de construcción para emergencias, en pocas semanas centenares de tiendas con la marca de UNHCR aparecieron en la playa. Tiendas que puestas directamente por el suelo, sin ninguna elevación, se inundaron el primer día de lluvias.

Otra preocupación es el hecho que se rumorea de que el gobierno quisiera construir un nuevo campo en el centro de la isla. Quien habla ya de los gastos, como de 85 millones, como quien ya habla de la zona elegida: una área inmensa y totalmente aislada, utilizada para ejercicios militares que hemos tentado de alcanzar.

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A Lesbo no hay espacio para una acogida diferente. Una nota del gobierno ha comunicado el cierre para el final del año de Kara Tepe y de Pikpa, campos autogestionados por Lesvos Solidarity, entro la fin del mes.

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La urgencia gubernativa de volver a tener el control sobre los sujetos migrantes ha acelerado este proceso: con una llamada a través del cambaceo la policía ha comunicado a los activistas de Lesvos Solidarity que el desalojo empezará hoy, lunes 12 de octubre.

Los centenares de personas alojadas en los dos campos son extremamente vulnerables: madres solas, menores de edad, personas con discapacidad, sujetos Lgbtq+, enfermos de cancro y victimas de tortura. Poco importa al gobierno: para ellos la única alternativa será el nuevo campo.