Per la libertà di movimento, per i diritti di cittadinanza

Más allà del bien y del mar: la criminalización de la solidaridad y las expulsiones ilegales en la Eastern Route

Lesvos, octubre 2020 – “Quise la cita aquí porque es donde los fascistas nos han atacado”. Philipp Hahn – el jefe y también jefe de la misión de la Sea Watch y Mare Liberum nos recibe en la playa de Skala Loudron. Las grandes letras de color blanco resaltan sobre el lado de metal aplazando el invio inmediato de uno de los primeros libros de normativa internacional. Es el único barco atracado, el “Mare Liberum”.


“Cada uno es libre, por ley de las personas, de viajar en el mar en aquellos lugares y cerca de aquellos Países que a él le gustan” – Ugo Grozio, Mare Liberum

Subimos. Al empezar el barco venía utilizado para las operaciones de búsqueda y rescate, pero la dimensión pequeña y la edad del barco, que tiene más de cien años, han hecho que fuera asignada a las misiones de observación para la llamada “Eastern Route”, la ruta migratoria que une la península turca a las puertas de Europa.

Lo que tenía que ser solamente un trabajo de reconocimiento, en poco tiempo ha devenido un potente instrumento de reclamación: de hecho, el Mare Liberum, ha podido documentar muchas prácticas inhumanas e ilegales hechas por parte de la guardia costera griega, de la Agencia Frontex y también por parte de la NATO.

En marzo pasado, por lo menos 7300 personas han sido rechazadas frente a las costas.

El guión es siempre lo mismo: los botes después de llegar fatigosamente a las aguas territoriales griegas, vienen interceptados por los barcos militares europeos, privandolos del motor y empujandolos con las manos por parte de las autoridades turcas.

A empeorar la situación en la estrecha bahía del mar que divide la Grecia de la Turquía es el procedimiento monstruoso que han creado las autoridades griegas en los meses de verano. Una vez interceptados los botes, la guardia costera griega pone a los migrantes en balsas salvavidas, empujándolas hasta que se haga cargo la Turquía.

Lo mismo pasa cuando las embarcaciones precarias de los migrantes logran atracar en las costas griegas, con la policía que hace persecuciones, una verdadera caza humana y termina con el mismo final: el abandono en medio del mar y la entrega a la Turquía.

En las últimas semanas la penalización a las ONG presentes que ayudan a los migrantes en las islas del Egeo nordeste, ha devenido más pesada.
El pasado 5 de septiembre el Mare Liberum ha sido detenido y perseguido por parte de la policía de Atenas, que ha requisado computadoras y celulares del personal. Quince dias despues, un comunicado de prensa de la policia de Mitilene ha dicho que 35 personas, de estos 33 miembros de cuatro ong diferentes, eran acusados por una serie de actos muy graves que van de la trata de personas hasta el espionaje, cospiración, violación de segredo de Estato y de la ley de inmigración.

Cerca del acoso judicial hay también las agresiones hechas por parte de los neofascistas de la isla. El pasado febrero grupos extremistas han perseguido el personal del barco hasta el puerto donde estaba atracado el barco, tirando piedras y amenazando de quemarlo. Aun la reciente sentencia de Alba Doratalas las agresiones nazifascistas no paran de diminuir.

Pero la Union Europea no vive solo de pushbacks.

La frontera de la fortaleza Europa se expande en el tiempo y en el espacio, penalizando los activistas y peorando siempre más las condiciones de vida de las personas después del anhelado desembarque, llegando a los campos. Lo que ha ocurrido después del incendio de Moria, lo confirma.

El nuevo campo gubernamental puesto a la playa, en menos de una semana ya se ha inundado dos veces. Cada rincón está totalmente militarizado, de policías con escudos antidisturbios que se alternan día y noche para supervisar las 8000 personas que viven allí adentro.

Ejemplos justos en los centros de primera acogida vienen gradualmente desmontados: el campo de Fara Tepe – administrado por la municipalidad de Mitilini – a finales del año tendrà que ser cerrado mientras Pipka, el campo autogestioando por la organización Lesvos Solidarity està viviendo la amenaza de un futuro desalojo.
Si las intenciones del gobierno también son claras e inequívocas, la determinación de los activistas y de los solidarios de todo el mundo lograrán abrir algunas oportunidades de esperanza.

El miércoles 14 de octubre llegó la noticia de que el ministerio ha temporaneamente suspendido las operaciones de evacuación después de las muchas presiones recibidas: “Para el gobierno no puede existir una acogida sin policía y alambre de púas. Por el contrario, para nosotros es posible – han afirmado los activistas . y por eso vamos a seguir a luchar”.