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da La Jornada dell'8 aprile 2006

Usa – Naufraga reforma en el Senado por la pugna electoral en EU

Washington, 7 de abril. El Senado fracasó en su intento de aprobar un proyecto de ley sobre reforma migratoria al no lograr superar profundas divisiones en torno a la legalización de migrantes indocumentados ni las reglas de cómo continuar el proceso legislativo, aunque expertos señalan que no significa que este proceso se haya agotado por completo.

A pesar de que el presidente George W. Bush instó a los legisladores de su partido a aprobar una reforma “comprensiva” antes del receso de 15 días que comenzó hoy, y después de que el jueves líderes de la mayoría republicana cantaron victoria al anunciar un “enorme avance” con base en un “histórico acuerdo” bipartidista que, pronosticaron, culminaría en la aprobación de un proyecto de ley, hoy los senadores regresaron a sus casas sin nada que mostrar y dejando en duda el futuro de la iniciativa.

Aunque al parecer había amplio apoyo para la última propuesta negociada -la cual incorporaba programas de trabajador huésped, una fórmula para partir en tres grupos a los indocumentados, por la que a la mayoría se le ofrecerían vías condicionadas hacia la legalización y la ciudadanía, así como medidas para fortalecer la seguridad fronteriza-, disputas tanto sobre el contenido como por el proceso de cómo proceder con la iniciativa hundieron este esfuerzo por ahora.

Republicanos y demócratas se culparon mutuamente de ser responsables de atorar el proceso. El republicano Arlen Specter dijo que no avanzó debido a que “para los demócratas representa una ventaja política no concluir un proyecto de ley sobre migración”, ya que así sólo existe el aprobado por sus correligionarios en la Cámara, que ha generado tantas críticas y movilizaciones populares.

La Casa Blanca responsabilizó directamente al líder de la minoría demócrata, el senador Harry Reid, de descarrilar la iniciativa.

Pero éstos insisten en que los republicanos hicieron fracasar el acuerdo por sus demandas de incluir enmiendas diseñadas para debilitar partes claves de la propuesta. Los demócratas temían que sin garantías para que en esta negociación quedaran protegidas algunas de las cláusulas sobre legalización, éstas serían anuladas en el largo proceso de convertir la propuesta en ley.

Después de que se estancó esta iniciativa, el senador Edward Kennedy declaró: “estoy preocupado por la oportunidad perdida, pero absolutamente decidido a continuar luchando”.

Ahora todo queda postergado por lo menos dos semanas, tiempo que durará el receso legislativo, aunque tampoco se ofreció ninguna garantía de los líderes del Senado de que retomarán el tema a su regreso. Lo único que indicó el líder de la mayoría republicana, Bill Frist, fue que hay una “buena” propuesta sobre la mesa, la cual “merece” ser debatida y enmendada.

Demetrios Papademetriou, co director del Instituto de Políticas Migratorias (Migration Policy Institute), señaló que, pese a todo, “esto no es el fin de la fiesta”. En entrevista con La Jornada, advirtió que entre “más tiempo transcurra entre el acuerdo legislativo que se logró y el momento en que llega a ser presentado para su votación, más oportunidad hay para que (los opositores) logren derrumbarlo”.

El experto destacó que el hecho de que los legisladores hayan invertido tanto capital político en promover una reforma en los últimos días, que el propio presidente interviniera en el debate y que se acercaran tanto a un consenso que tiene beneficios políticos para todos, indica que será retomado por los senadores.

Señaló que el “factor determinante” será el cálculo político para los legisladores sobre qué tanto ganan con o sin un proyecto de ley sobre la reforma migratoria. Es decir, la estimación de quién gana más en esta coyuntura y en el contexto inevitable de la temporada electoral legislativa será lo que determinará si habrá o no proyecto este año.

Cabe recordar que aun si en algún momento fuese aprobado un programa en la cámara alta, sólo sería un paso más en un largo camino antes de que se logre promulgar una ley de reforma migratoria. Cualquier proyecto aprobado por el Senado deberá ser negociado con el de la Cámara de Representantes, el cual no contempla ningún programa de legalización o de trabajadores temporales, sólo se enfoca en una serie de medidas punitivas y de seguridad fronteriza. De hecho, algunos representantes republicanos ya rechazaron la posibilidad de aceptar las medidas de legalización incluidas en el proyecto del Senado. Por tanto, la Casa Blanca ha reiterado que no tiene expectativas de contar con una ley de reforma migratoria antes de las elecciones legislativas de noviembre.

Para Rick Swartz, presidente de Strategic Solutions Washington, esto está “lejos de llegar a su conclusión”. “Las últimas 48 horas fueron una buena batalla, y nos fue bastante bien, pero vale recordar que únicamente es una batalla de una guerra larga, pero las guerras se ganan así”. El veterano de luchas por la reforma migratoria subrayó que lo más importante es que “hay un giro de poder” en esta pugna, y recordó que hace tres semanas sólo existían las peores propuestas, y ahora hay una nueva dirección. “Pero las próximas etapas son inciertas”, advirtió.

Cecilia Muñoz, vicepresidenta del Consejo Nacional de la Raza, consideró que a pesar de que por ahora se trabó la iniciativa, se han logrado dos cosas en los últimos días: que la mayoría de senadores indica su disposición a considerar una reforma integral y el derrocamiento del proyecto patrocinado por el senador Bill Frist, el cual era casi paralelo a la medida aprobada en la cámara.

Afirmó que la coalición pro reforma migratoria -organizaciones latinas, religiosas, sindicales y más- guarda cierto optimismo de que el Senado retomará esta iniciativa, sobre todo si se mantiene la presión desde las bases. “Las movilizaciones de la comunidad han sido clave en el avance de este debate” consideró.

Eliseo Medina, vicepresidente del sindicato nacional de servicios SEIU, subrayó que “millón y medio de personas en más de 40 estados han tenido un efecto”, y advirtió a los políticos: “ahora estaremos en las calles, pero también en las urnas, en noviembre”.